Si hay algo que me satisface y me llena de orgullo es haber implantado la costumbre de los abrazos entre algunas personas cercanas que antes no abrazaban.
Para alguien que lo ha vivido de manera natural, como yo, hasta que te encuentras con la sorpresa de un «abrazado sorprendido» o de gente que no sabe abrazar (por raro que parezca), no te planteas que sea algo ausente en la vida de alguien.
Me gustan los abrazos porque te acercan; lejos de los formalismos (nunca doy 2 besos a los amigos de verdad), un abrazo es bonito y la manera de abrazar dice mucho de las personas. Los hay que se dejan abrazar y sus brazos permanecen pegados a su cuerpo, como superados por las circunstancias; los hay que acarician la espalda mientras abrazan (como mi hermano), los hay que no pueden resistirse a los «abrazos comunitarios», las hay que encajan perfectamente conmigo y que me encanta rodear por completo (como W), así como las que tienen un abrazo cociendose esperando el momento para su entrega tas meses de ausencia (como Anita Sonriente… ¡Nchi!)… y también los abrazos que parecen absorverte y abstraerte en otro aroma….. o los que te hacen sentir una cantidad inmaterialmente enorme de amor fraterno y orgullo (como los de BlackLady… Lov u….)…
Esta semana, te propongo que reflexiones sobre los abrazos: lo que significan para ti, si realmente te gustaría abrazar más (y si es así, el porqué no lo haces). Nunca es tarde para comenzar buenas costumbres. Y puedes comenzar este fin de semana (este post tiene prácticas), abrazando «gratis» a quien te apetezca, disfrutando de su aroma, de su cercanía…
¿Habéis probado a abrazar con calma, simplemente sentados, disfrutando del calor de la otra persona? ¿Y porqué no hacerlo?
La pregunta: ¿Como abrazas Tú?
Mis abrazos son blanditos (por muy cursi que suene), herencia familiar, que intentaré prolongar a lo largo de futuras generaciones. 🙂
Eso sí, quien lo prueba repite…. (jo jo jo)
Un enorme abrazo, navegantes brumosos.