Esta semana tienes una pared en blanco para ti solo…
Elimina tu incredulidad y párate a pensar: Todo es Posible.
El camino se extiende ante tus pies, échale imaginación y piensa, ¿qué me apetece encontrarme por el camino? ¿Un oasis? ¿Buena compañía? ¿Dónde quiero vivir? ¿Qué quiero hacer con mi tiempo? ¿Cómo quiero sentirme conmigo misma? ¿Qué voy a hacer por los demás? ¿Qué tipo de Vida quiero? ¿De qué me voy a «vestir» para el camino?
PIDE. Es el primer paso para Recibir… Permítete el lujo de Soñar, de trazar las líneas con las que esté perfilada de tu vida… esas líneas que tan bien trazadas están en tu mano… ¿sabes por qué? Porque son ellas, tus manos, tú mismo, quienes cogen la brocha y pintan tus paredes del color que Tú Quieras. Si, «pintar» cansa… Es mucho más fácil decir: «Es que estas paredes son blancas…»
Coge tu papel, tangible o intangible, y dale forma a tus deseos… ¿Qué te pides? 🙂
En próximas entregas veremos qué hacer con lo que pedimos…
Hemos nadado desnudos en los ojos, en nuestra mirada, en la mirada ajena, disfrutando de los matices intangibles de la comunicación más etérea…. y continuamos, siguiendo una sugerencia, para lanzarnos al fascinante mundo de las manos.
Las manos, compañeras del día a día, resisten los golpes, que devoremos sus uñas, el frío, los restos de nicotina, se manchan, se ponen nerviosas, tiemblan… Con todas sus circunstancias, como nosotros, nunca dejan de comunicar.
En sus líneas se dibujan los trazos de la vida, las huellas de lo vivido, los posos del futuro, la fortaleza, la esencia, la materia que nos acompaña… Las manos muestran con su tacto, en sus caricias, la delicadeza del corazón. Impulsan nuestras palabras hasta el infinito, juegan, recorren caminos, abren puertas…
Incluso en un «simple» apretón de manos mostramos una gran parte de nuestro carácter, en la decisión, la templanza, la fuerza.
Me gustan las manos porque hablan incluso sin moverse, en su forma, delicada, robusta, infantil,… Capaces de todo, sumidas en la inmovilidad, o inquietas sin saber que hacer.
Desde niña recuerdo que me identifiquen por mis manos, muy fuertes por dentro, con lineas marcadas, y surcos profundos, semejantes a un campo donde sembrar experiencias, y delicadas y suaves por fuera. Cuando los nervios me dejan las uñas largas, confieso que me maravillo mirándolas, tan estilizadas y cuidadas (en ese momento, mientras duran…).
Mis manos llevan anillos simbólicos solamente, que me acompañan; son fuertes y disfrutan explorando el sentido del tacto , acariciando el musgo de los árboles, la textura de las lentejas, la suavidad del yogur, el delicado transcurrir de la arena y la sal…
Cuéntame…. ¿Y tus manos? ¿Cómo son? ¿Te fijas en las manos de la gente?
Caminando por la calle, nos cruzamos a menudo con las mismas personas, que van a la misma hora que tu al trabajo, a la facultad, a sus tareas… Cada dia, paso a paso…. Y esas personas que ya son casi conocidas, a menudo no reciben ni una mirada nuestra…
Conversando con amigos, con alguien que nos importa, tratando temas que nos tocan por dentro, desviamos la mirada para que no indaguen dentro de nosotros, no miramos a los demás por temor, bien a estar mas cerca, a sentir menos barreras; a quitarnos nuestra coraza habitual…
En nuestro día a día, cuando charlamos trivialmente con nuestras personas cercanas, hacemos varias cosas a la vez mientras «escuchamos», seguimos en nuestra tarea, limitandonos a aportar pequeñas miradas de asentimiento…
Son muchos los momentos en que nos mantenemos distantes con una fuente de comunicación tan valiosa como es la mirada. Los ojos no mienten cuando nos paramos a escucharlos.
Son mares infinitos de posibilidades, de información… Y es tan hermoso verlos sonreir, amar, comprender, emocionarse, vibrar, soñar, concentrarse, fantasear…. VIVIR.
Levanta el telón y déjate cautivar por la mirada, conversa, escucha con los ojos mientras hablas con los demás, demuestra que te importan las personas, mira un poco más allá de la superficie y descubrirás un universo nuevo, donde dos esferas únicas y titilantes irradian un infinito esplendor y palpitan de ganas de comunicar.
Ahora yo os miro fijamente desde la foto de la derecha, ¿no cambia la cosa de cuando miraba al cielo -mi imagen anterior-? Ahora os miro a vosotros, ahora os escucho a vosotros. Mis ojos hablan.
Y mis ojos escuchan, como no, ¿cómo miráis vosotros? ¿a los ojos cuando conversáis? ¿cuando oscruzáis a gente en la calle? ¿os incomoda la mirada directa?
Esta semana, aprovechando los momentos libres, vamos a dejar volar nuestra imaginación, dejándonos llevar allá donde nuestra fantasía nos envuelva…
Buscaremos ese lugar secreto en el que nos gusta refugiarnos y nos cargamos de energías positivas y al que podremos recurrir siempre que lo deseemos, tan sólo con cerrar los ojos. Para ello, le daremos todos los matices necesarios mientras lo creemos, y una vez elaborado, tan sólo con dirigirnos a él encontraremos un poco de paz.
Puede ser un lugar real en un momento concreto, ese es mi caso, por ejemplo: Mi lugar secreto será, un lugar donde sentí la tierra entre mis manos, un claro especial en un bosque mágico, de robles, lleno de aromas, de musgo, de hojas secas, de otoño y de primavera a la vez…. de VIDA. Tiene un tronco para sentarse y setas que nacen entre las raices de los árboles. Allí reina la calma y yo me encuentro en paz, acariciando la tierra, el musgo, abrazando a los árboles que me protegen y escuchando su sabia fluir en el interior…. Y lo mejor de este bosque, lo que le hace mágico en mi imaginación es que cuando salgo de él, inmediatamente está allí mi mar atlántico, apareciendo como de la nada una playa pequeña, diseñada para mi, protegida con rocas erosionadas por el viento, donde rompe el mar con pasión, tocando melodías en mi alma de océano. Uniendo bosque y mar elaboro mi Rincón Secreto, sólo mío, entre la realidad y la ficción, donde refugiarme para soñar, para escapar por un rato de los asuntos por resolver, para encontrarme con mi esencia….
Tu rincón está en tus manos: puede ser un jardín repleto de flores y aromas, luz y caricias de primavera; o una plaza, en donde estás acompañado de grandes sabios que te transmiten su conocimiento y serenidad; o la cúspide de una montaña, desde la cual contemplas todo el mundo a tus pies, donde terminas tu ascensión y encuentras tu calma; o un desierto inmenso lleno de armonía, donde te acompaña un pequeño niño de cabellos dorados que te pide le dibujes un cordero; o incluso un lugar de fantasía, bajo un cielo con 3 lunas, donde las hadas y los unicornios te acompañan….
Este es el momento de encontrar un trocito de tí….. Si pudieras elegir un rincón secreto… ¿cuál sería el tuyo? 🙂
Si existe un proceso poderoso es el del agradecimiento, las alabanzas y la bendición. No se refieren estas palabras a planos místicos ni mas allá de tu día-a-día, simplemente el hecho de amanecer cada día ya es un regalo de la vida. ¡Pues vaya regalo! Pueden decir algunos, y yo les digo, ¿tenemos que vivir con carencias para valorar lo esencial?
Cuando bendices o agradeces aquello que tienes, lo que recibes cada día, estás dotando de valor todo tu alrededor y fabricando emociones positivas, cuidando aquello que tienes y a veces descuidas, apreciando y acariciando con la emoción. Gracias por tener mis 5 sentidos; gracias por tener a esta persona a mi lado; gracias porque nunca me falta de comer; gracias por tener un trabajo, que aunque quizá no sea la ambición de mi vida si me llevará a algo mejor; gracias por la luz del sol; gracias gracias gracias…. Gracias a la Vida.
Si das las gracias te haces merecedor de todo lo que tienes, eres consciente, abres los ojos a tu entorno más allá de las carencias eternas, sintonizas con la más alta frecuencia del amor.
«Bendecir» se puede describir como «invocar el favor divino y conferir bienestar o prosperidad»; cuando bendices y alabas lo que tienes atraes el favor divino, de la Vida, y te acercas a ese bienestar, a ese estado de armonía que tantos perseguimos.
Esta semana, puedes comenzar a implantar en tu vida el hábito del agradecimiento; inspirando la vida en su estado más puro y generando pensamientos positivos, atrayendo lo que deseas, tras valorar lo que ya tienes.
Llega el momento de la ascensión, de la etereidad, de sumirnos en un universo morado, lleno de matices, sumidos en la ingravidez de nuestro ser, elevándonos un poco más allá del suelo, dejando de sentir los lastres, las cadenas, el peso de nuestro propio cuerpo…
Percibe tu cuerpo liviano, tus músculos liberados de las tensiones, y tu mente abierta; dale paso a la intuicuón: déjala que se manifieste, ejercítala… Camina por la calle sin rumbo, déjate llevar allá donde percibas… Si vas a casa s¡iempre por el mismo camino, ¿por qué no romper la rueda y modificar la ruta? Si sientes el impulso de llamar a alguien porque ha aparecido en tu mente, llámale. Si tu cuerpo te pide algo, hazlo, dale poder a tu intuición, déjala que se manifieste y cobrará fuerza, llevándote tan lejos como imagines.
Ajna, o Tercer Ojo, asociado al color morado, es el chakra del tiempo, de la percepción y de la luz, y está situado en el entrecejo. Testigo del cauce de los pensamientos, nos ayuda a despejar el tránsito de los mismos y a clarificar la mente. Ajna significa «mando» (dominar, conocer, obtener maestría sobre algo); es el chakra del dominio, donde se alcanza la integración de la personalidad por encima del dualismo de la psicología humana. Desde aquí se desarrolla el sentido de la intuición para saber en qué dirección deseamos ir.
Focaliza tu atención en el, cerrando tus ojos, mientras respiras profundamente, y siente como se abren las puertas de la percepción y la intuición, como entra la luz en ti…
Tu cuerpo ya no pesa, se deshace en millares de mariposas violetas que alzan el vuelo, liberándote, llevándote tan lejos como alcancen tus pensamientos.
Pequeños seres pululamos sobre este bello planeta azul, tesoro incalculable, paraíso infinito. Su color nos embarga, irradiando energía azul a un universo impávido ante su hermosura, inconsciente de su palpitar, de la multitud de pequeñas partículas con complejos universos que corretean bajo su bóveda celeste.
Somos minúsculos en un mundo azul, somos testigos de la vida en su estado más puro: cada día, cada mañana, al salir el sol, y contemplar el azul más perfecto entre las nubes, o desnudo ante ti en un cielo inmaculado; el azul de los mares inmensos, de las aguas que fluyen, serenas, vibrantes….
Azul en unos ojos de profundidad indefinible, azul en un abrazo envolvente, azul en las palabras de comprensión y empatía, azul en las lágrimas conscientes, azul en el tacto de una pluma sobre la piel, azul en la etereidad de las creencias, azul en la paciencia del camino por recorrer.
Vishudda, el Chakra de la Garganta, está asociado al color azul, y se relaciona con la comunicación y el crecimiento, siendo éste una forma de expresión. Ahí reside la sabiduría que proviene del verdadero conocimiento de uno mismo; es la toma de consciencia de nuestro papel en la vida y del personaje que, ahora, como actores, estamos interpretando. Ya no somos el personaje y sí el ser que interpreta su personaje humano; es una resurrección consciente hacia un nuevo modo de vivir.
Por tanto, mira al cielo, fúndete con él, en su perfección azulada, y siéntete con el poder de ser completamente Tú, para decir lo que piensas en el momento preciso, para determinar lo que ansías con todas tus fuerzas, para expandirte con el universo, volver a ti, y decir: «Est@ soy Yo».
Esta semana, homenajeo el lanzamiento de un nuevo disco del que puede ser mi grupo favorito, Pastora, con un tema azul, para fundirse con el aire y SENTIR…. Es delicioso… Disfrutadlo, y evocad un ambiente ténue, liberados de obligaciones (viernes?) y dejaros llevar…
«Sentir que me mezclo….
sentir que me muevo….
de la cabeza a los dedos..
….sentir… algo nuevo…
espacios vacios que lleno
con cada movimiento….
mi cuerpo me manda…»
Verde es el color de mi espacio, de mi jardín, de mis bosques, de mi mar…. verdes son los matices, las semillas que germinan, los brotes de la primavera acechante….
Verde es la bandera de la esperanza, de la Fe, del corazón, de la verdad, del camino correcto, de la Vida.
Y es que si tuviese que definirme con un color, probablemente lo haría con el verde, por todo aquello a lo que lo relaciono, por la energía y por estar tan vinculado a la emocionalidad. Sin duda, soy Verde, en muchos aspectos… 😉
En el mundo de la energía, el verde se asocia al Chakra del Corazón o Anahata, relacionado con el amor, los sentimientos, el equilibrio y el bienestar, relacionado con una glándula que protege a nuestro cuerpo de enfermedades y estrés. Si lo deseas, visualiza nuestra pequeña esfera iridiscente, de un verde suave y vivo, en tu corazón, llenándote de ese equilibrio y bienestar que la caracteriza, de Amor, en su estado más puro y sobrecogedor, que te sume en la calma, contigo… con los demás.
Verde es el color ecológico, del respeto por la naturaleza, tan asociado a la vida… Igualmente se vincula a la juventud, a la fruta que no está madura, al sexo, y, a la envidia, de la que ya hablamos en su momento.
Pongo el semáforo en verde para sonreir al mundo, para mirar al cielo, bailar en la calle, tumbarte en un banco del parque a mirar las nubes, abrazar a quien te apetezca…. al fin y al cabo, ondea al viento la bandera verde para Vivir. ¿La ves? 🙂
Pensamiento sumido en el minimalismo mas absoluto…
Entre ocupación y ocupación, ¿cuantas veces te has tomado unos minutos de absoluto silencio para ti?
Shhhh…. Escucha la calma, parece pararse el mundo….
Deja hablar al silencio…
(en voz bajita)
Si quieres romper el silencio… Cuentame… ¿te incomodan los silencios? ¿Sueles tomarte unos beneficiosos minutos de silencio con frecuencia? ¿Tienes a algún compañero de silencio, con quien disfrutes de compartir simplemente el mismo aire, sin necesitar palabras? 🙂
Y estaba yo falta de energías y vitalidad, un pensamiento emergía en mí para darme fuerzas y este es… el AMARILLO!
Es el color del sol, de la vida, de la energía en estado puro, dorado místico, color sagrado. Tan sólo con mirarlo notamos sus efectos y las ganas palpitan en nosotros para incrementar nuestra actividad y ponernos en marcha. Incluso si pintamos nuestras paredes de amarillo, daremos luz al hogar, calidez y bienestar.
Era el color favorito de mi hermano, y por eso siempre lo he tenido asociado a él; se utilizaba en los templos sagrados de Bali, a veces simplemente atando una tela amarilla y una blanca a un arbol; da color a los limones que incentivan mis papilas gustativas; el color que destaca lo más importante en los escritos de estudio, y sobre todo es la esencia de mi amante, el sol. Por eso y más me gusta el amarillo.
En los Chakras, el amarillo simboliza la libertad propia, el poder y el control sobre la mente y las emociones, contando con el fuego como elemento asociado. Cierra los ojos, visualiza una esfera amarilla sobre el plexo solar y siente los rayos que emanan de ella, llenándote de luz y vitalidad, dotándote de fuerza y ganas para afrontar lo que se ponga por delante.
Sal a la calle, imprégnate de amarillo solar, inspira y… ¡Siente la vida!
