Y llegamos al final de la serie de nuestros 5 sentidos básicos con el sentido que más me toca y más sensaciones me produce. El Olfato.
Con un aroma te puedes transportar a otro lugar, recordar una escena, o es más, vivirla… Sentir casi un beso en un perfume, volver a aquella infancia, evocar un momento único…. Los olores son conjuros que nos rodean, tan sólo dispuestos a ser invocados para someterse a nuestra voluntad y traernos aquello que creíamos el viento había arrastrado al olvido.
Sobrevuelan nuestro alrededor como pequeñas esferas etereas e invisibles, tan intangibles como palpables, tan confidentes como traicioneras. Amigas de la nostalgia, la melancolía, la ternura y el desconsuelo.
Quien ama la vida, ama a sus sentidos y lo que puede experimentar con ellos. Sería imposible elegir un sentido del que carecer, pero sin duda, el olfato sería una gran pérdida en ese caso. Quiero oler comida por la calle, la dama de noche de mi calle, los azahares en flor, a mi Rita, quiero saber cómo olerán mis hijos, oler mi atlántico, al aroma del aceite que sobrevuela todo Jaén, el incienso de canela de mi casa… Devorar olores como si pudiese agarrarlos (poseerlos). (No puedo evitar recordar «El perfume»)
Esta semana te propongo… Sal a la calle con tus narieces dispuestas a saborear la maravilla de olores que te rodean… Párate a oler una flor del parque, huele la comida antes de comerla, identifica en las personas que quieres ese aroma sutil que las distingue… Y descubre todo un nuevo universo delante de tus narices. 🙂
Mis olores favoritos:
– El olor del marisco cociéndose y lo que eso implicaba, velada familiar… charla…
– Atlántico, en estado puro, salado y vivo
– Incienso de Canela
– La camiseta de Él que huelo cuando no está
– El olor a bebé de Rita (el gremlin)
– El olor de cada uno de los miembros de mi familia (mi padre, mi madre, mi hermano, mi hermana), cada uno me evoca cosas tan distintas…
– La dama de noche (una planta) que perfuma mi calle entera
– La nuez moscada
– Donuts recién hechos…
– Su colonia (y cuando me perfumaba las cartas)
– Mi perfume (con nombre pelín hortera pero aroma delicioso)
– El aroma a campo, vacas y piedra de Galicia. (Y pensar, ya estoy en casa)