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Batallando con el mundo Desde mis Brumas Libros Sonrisas

Ilusión

«Aprendía a recogerse, tomarse su tiempo y a confiar»
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Ilustraciones de Myriam Cameros

La vida te hace regalos a diario, no solo en noches mágicas como hoy. Sería precioso poder guardar en frasquitos la ilusión que muchas personas sienten por esta noche, para emplearla cuando más la necesitamos, para salir de la apatía o para recordar quiénes somos y qué nos mantiene vivos.

En navidad me regalaron un cuento que me había gustado mucho en Fnac y hasta entonces desconocía: La Cenicienta que no quería comer perdices. Cuando estuve en Galicia quise compartirlo con alguien pero no pude por falta de tiempo. ¡Que cosas tiene la vida que hoy ese alguien me ha enviado el cuento en pdf sin saber que yo lo tenía!
Fue un momento muy gracioso y de mucha conexión, y ¿por qué no compartirlo con vosotras y vosotros?

Quiero que mi regalo sea este cuento para adultos y para niños, un cuento aparentemente simple en el que las mujeres nos reflejamos y emocionamos. Es encantador, gracioso, tierno, brillante. La ilustración encaja totalmente con mi estilo y me enternece profundamente.

Bueno, sin más preámbulos, os presento a Ceni:
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Ilustraciones de Myriam Cameros

La historia de Ceni nos enseña la importancia de la ralación con nosotras mismas, reinas de nuestra libertad individual. Hemos crecido entre historias de princesas deseando ser rescatadas, damas ineptas, cuentos de amor en los que todo es perfecto y el punto final se alza en la cúspide del enamoramiento (que no amor, y por supuesto, antes de la rutina, la conjugación familia-trabajo-vida personal-autodesarrollo, el desgaste de la pareja, etc etc.).

Las mujeres no somos pasivas ni debemos dejarnos domar por lo que puedan pensar de nosotras. Nos queda mucho camino para explorarnos, conocernos más, aceptarnos y respetarnos. Amarnos. Como sabemos amar a otros. Con el mismo ímpetu e ilusión.

Espero que disfrutes como yo lo hice al descubrir a Ceni. Me encanta esa imagen junto a la Hada Basta, caminando hacia las cosas bonitas…
Podemos ELEGIR, CADA DIA.

Aquí te dejo el regalo, entre las brumas.

PS: Gracias a Libélula por la confluencia, a Tronan por regalarme el libro y a una que yo me se por recordarme a la Hada Basta, tan orgullosa de sus pelos!

PS2: Para los no avispados, el archivo se descarga en el aquí destacado…. y aquí…. aquíaquí…. jajaja….

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Aceptar

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Image by narya13

«Rebeca rió y dijo:
– Cuando aprendáis a aceptar en lugar de esperar, tendréis menos decepciones.
El caballero asintió ante la sabiduría de estas palabras.
(…)
– Estoy empezando a pensar que los animales son más listos que las personas.
– El hecho de que podáis decir eso os hace tan listo como nosotros- replicó Ardilla.
– No creo que todo esto tenga que ver con ser listo – dijo Rebeca – Los animales aceptan y los humanos esperan. Nunca oiréis a un conejo decir: «Espero que el sol salga esta mañana para poder ir al lago a jugar». Si el sol no sale, no le estropeará el día al conejo. Es feliz siendo un conejo.»

(El caballero de la armadura oxidada – R.Fischer)

Yo quiero ser feliz siendo persona… 🙂
Y a ti, ¿qué te lo impide?

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Podcast: Me basta, de Ángel González

Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;

entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo, mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas…
(Escucho tu silencio…
…Oigo constelaciones: existes.
Creo en ti…
Eres…
Me basta.

Me encantó este poema y por eso lo hice podcast.
Es delicioso, engendrado en la sinceridad, el amor y el deseo.
¡Espero que os guste!

Salud, poesía y ganas de sonreir. 🙂

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Al final, tú contigo

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Image by Javier Lopez Navarrete


«Iba tan acelerada por conocer a otros que se le olvidó conocerse a sí misma. Estaba tan seguro de que su triunfo consistía en agradar a los demás que se le olvidó agradarse a sí mismo. A ambos les pasó lo único que siempre cumple y siempre pasa: el tiempo.

Muchos vacíos de vida se producen por error de entrega de vida. Nos regalamos sin construirnos ni valorarnos. Buscamos amores ajenos y olvidamos el amor propio.

Aquellas reinas de noches de sofá y cama, aquellos vampiros chupadores de espejismos de luna menguante, todos sin excepción se fueron desvaneciendo entre rutinas de calendarios sin historia hasta que un día, de repente los envolvió el gran nubarrón del alma, que es ese momento en que mirándote al espejo no te ves. Se desaparecieron de sí mismos porque su yo, a cambio de nada se lo habían dado a otros.

De vez en cuando hay que sustituir paisaje por espejo y mirarse en silencio para reconocerse, que es ese profundo volver a conocerse. Aprender a hablar con uno mismo, reflejarse en el propio cerebro, abrirse en poro y piel, penetrarse en dulce y hiel. Saber verse, husmearse, criticarse y quererse. Hablarse…hacerse preguntas y preguntarse… parirse respuestas y responderse.

No te equivoques: a no ser que ya te hayas definitivamente vendido en la gran feria de los abolorios humanos, nunca estarás sólo. Al final, siempre quedarás tú para encontrarte contigo«.

Por Ángela Becerra

Leí esto hace tiempo en el blog de Katreyuk, luego en el facebook de Sula, y tras volverlo a encontrar, no pude resistirme a publicarlo, es magnífico. Ángela Becerra está entre mis escritores preferidos, es una artista, y ya estoy deseando tener entre mis manos su nuevo libro, «Ella, que todo lo tuvo».

Feliz semana a todos. 🙂

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El olor a pan

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Image by tasick

«El olor a pan es una tentación suculenta. Cuando llega recién hecho de la panadería, su rastro incita a la gula y al hurto rápido y a escondidas de ese trocito que sobresale de la bolsa –la punta, el cuscurro…– y que sabe a gloria bendita. El pan caliente huele a hogar y a bondad y lleva prendida la imagen de esa nubecilla de humo apetitoso, casi imperceptible, que se eleva al partir la barra como niebla de primavera.

Esa niebla lleva prendidos tantos momentos…

El pedazo de pan con chocolate de la merienda… La puntita robada con disimulo antes de comer… La de después de comer… Y el gusto de esa miga, blandita, tan rolliza que incita al mordisco cariñoso como si fuera la mejilla o la nalga sonrosada y tierna de un bebé. Cuánto bienestar atesorado en un trozo de pan crujiente con una onza de chocolate. Cuánto mimo en ese desayuno o merienda servido como un manjar. El pan, blanco, y sobre él, ese pedazo oscuro de cacao. Esa imagen y esos olores juntos, mezclados, tienen algo… De amor… De felicidad… Aunque la niebla del pan caliente lleve temores que la enturbian…

“No comas pan caliente que te dolerá la tripa…”

Pero ese pan tibio, crujiente, es un placer tan tentador que invita a romper con las normas. Además, ¿no dicen que aquello que se come con ganas no hace daño? ¿Entonces…? ¿Por qué tantos temores? Alimentamos el miedo con miga de pan. Y el miedo, en casa, se convierte en el plan nuestro de cada día. Pero ese olor es tan bueno, tan apetitoso. Está diciendo “cómeme…” Y, cayendo en su tentación, vas y te lo comes.

Así empieza la rebeldía. La libertad. Creyendo en lo que sientes. En lo que deseas… Tan sencillo como un trozo de pan. Olor blanco que huele a buenos momentos, entrañables, cálidos. Mi abuelo es ese color. Le encantaba el pan. Recién hecho, de barra, de payés, de máquina (sobretodo)… Olerlo es recordar su cariño, su barriga oronda, su cara afable, su pelo tan blanco y su porte elegante, y hundir mi nariz en la miga de su recuerdo es… como entrar en sus brazos y arroparme en una nube de bondad.

Una nube blanca y blanda como miga de pan. »

Extraído de:
“Tu sexo es mi perfume» – Anna Llauradó; un libro que me muero por leer y estoy disfrutando con pequeños adelantos.
Gracias Libélula. Namasté.

Y a ti, ¿qué aromas te trasladan a otro tiempo? 🙂

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Puntos Suspensivos…

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Indagando para un próximo podcast me he reencontrado con esta maravilla…

Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos…

(Maestro Sabina, «Ciento volando de Catorce»)

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Felicidad para Inguz

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Llega el mes de la belleza primaveral y con él el aniversario de mi amigo Inguz. Muchas cosas han cambiado desde el año pasado, cuando le felicitaba aquí mismo y entre todos le cantamos el cumpleaños feliz. Nuestro grupo se ha dispersado, pero seguimos compartiendo grandes momentos, como un «simple» paseo de domingo en un parque, comiendo pipas y viendo atardecer, «estar estando».

Este año, amigo, he querido obsequiarte con un texto maravilloso que sigue a continuación y con un deseo: que abras la ventana y por ella entre una bocanada de aire fresco, aroma primaveral, calorcito del sol y la suave caricia de la esperanza. Un abrazo de los nuestros, guerrero de la luz.

La Amistad
(Extraído de «El Profeta» de Khalil Gibrán)

Un joven dijo: Háblanos de la Amistad.
Y él respondió:Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades. El es el campo que plantáis con amor y cosecháis con agradecimiento.
-Y él es vuestra mesa y vuestro hogar.
Porque vosotros, vais hacia él con vuestro hambre y lo buscáis con sed de paz.
Cuando vuestro amigo os hable francamente, no temáis vuestro propio «no», ni detengáis el «sí».
Y cuando él esté callado, que no cese vuestro corazón de oír su corazón;
Porque, sin palabras, en amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten en espontánea alegría.
Cuando os separéis de un amigo, no sufráis;Porque lo que más amáis en él se aclarará en su ausencia, como la montaña es más clara desde el llano para el montañés.
Y no permitáis más propósito en la amistad que el ahondamiento del espíritu.
Porque el amor que no busca más que la aclaración de su propio misterio, no es amor sino una red lanzada; y solamente lo inútil es cogido.
Y haced que lo mejor de vosotros sea para vuestro amigo. Si él ha de conocer el menguante de vuestra marea, que conozca también su creciente.
Porque ¿qué amigo es el que buscaréis para matar las horas?
Buscadlo siempre para vivir las horas.
Porque él está para llenar vuestra necesidad, no vuestro vacío.Y en la dulzura de la amistad, dejad que hayan risas y placeres compartidos.
Porque en el rocío de las cosas pequeñas el corazón encuentra su mañana y se refresca.

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El Penúltimo Sueño

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Desde que tengo el podcast me estaba olvidando de traer fragmentos de libros que voy leyendo. Por eso, con el último libro que he leído quiero retomar esa costumbre.

Es difícil seleccionar, cuando es un libro tan delicioso. Os cuento.
El jueves pasado viví uno de esos momentos nchi que hacen sabrosa la vida. Me acosté tarde, como siempre, sobre las 12 y media. Me pongo a leer y el libro comenzó a atraparme, hasta tal punto que no pude dejar de leer las 100 págs que me quedaban, por lo cual me metí en la madrugada, envuelta en mi nórdico, llorando de vez en cuando por la historia. Maravillosa.

El Penúltimo Sueño, de Ángela Becerra (que ya me cautivó en Lo que le falta al tiempo), narra una historia de amor del bueno, lleno de vida y envuelto de esperanza. Ese amor sin dudas, que supera obstáculos, que en esta historia son muchos. Ese amor que por sentirlo un instante vivirías toda una vida.

El ritmo te absorbe, al saltar del presente al pasado, y quedarte intrigado capítulo tras capítulo. Os dejo una muestra de la maestría y belleza narrativa de Ángela Becerra. Un libro para saborear que me ha cautivado.

….

«- ¿Cómo ha podido tocarlo si le falta una tecla? Usted debe ser una profesional, porque yo no lo noté hasta después.

Aurora sonrió.
– Le falta el fa… pero es un piano tan bello, y su sonido es tan hermoso que entiendo que su dueño lo tocara así, estando inválido de una nota… Es posible que él mismo se sintiera así… Que le faltara algo para vibrar entero. Todos llevamos en nuestra alma alguna nota que ha dejado de sonar… o que hemos perdido en nuestro recorrido por la vida, ¿no le parece?»
……

«Al verla levantar la tapa que cubría las teclas, Andreu no pudo aguantar sentirla tan cerca. La tomó suavemente por los hombros y la hizo girar hasta dejarla frente a él, llevándola hasta sentarse sobre el piano abierto que respondió con un sonoro arpegio. Acompañada por las notas sostenidas, Aurora recibió aquel beso abriendo su alma de par en par.

Las manos de él empezaron a deslizarse por su cuerpo, ávidas y contenidas, creando movimientos musicales como nunca vividos; en un andante ma non troppo, sus dedos resbalaban nítidos por sus senos, abriendo notas de una sonata… la más dulce y bella sonata jamás sentida por Aurora. De la blusa abierta, del marfil palpitante, en un adagio molto e cantabile, pasó a acariciarle los muslos… el centro de los muslos… el centro más profundo de sus muslos… aquella piel escondida que contenía toda la vida. El piano seguía sosteniendo una melodía creada por el peso de su cuerpo. Sonaba a L’Aurore de Beethoven. Sonaba a Alegría. Y sus piernas sentían… y su piel respondía… AllegroVivaceAllegro molto vivace… Los dedos de Andreu se habían metido hasta el fondo de su alma húmeda… mar de placer…. LargoApassionatoLargo apassionato…»

…….

«- Parece que ojeamos el álbum de nuestra vida… Joan, ¿te has preguntado alguna vez qué vendrá después de nosotros?
– Un atardecer maravilloso. La calma en movimiento. El misterio de tocar el fondo para luego flotar en la nada, que es el todo…
– ¿Adónde irán los recuerdos de lo que vivimos juntos?
– ¿Has presenciado alguna vez la muerte de una rosa? El choque silencioso de sus pétalos, gotas de seda y lágrimas estrellándose en la tierra… y luego, el brote verde y otra vez la misma rosa en otra rosa. Nada desaparece, mi niña del aire. Ni siquiera nosotros, cuando ya no estemos.
– ¿Tienes miedo a morir?
– Creo que ya estuve muerto casi toda mi vida… Ahora la única alternativa que nos queda es vivir… ¿y tú? ¿tienes miedo?
– Ahora que te he encontrado ya no. Me daba miedo morir sin haberte visto de nuevo.
Joan la miró enamorado.»

………

«Aquí estoy. Nunca me fui.
Antes de ti, no era.
Después de ti…
sólo nos queda el somos.

Joan y Soledad.
Julio de 1939.»

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Podcast: Poema XX de Neruda

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Image by hannahhvoc

Esta semana traigo al podcast el que era mi poema preferido cuando era niña. Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Neruda, era un libro básico en mi casa, tanto que incluso teníamos varias ediciones.

El que hoy leo para el podcast es la melancolía hecha poema y pocas más palabras necesita para introducirlo.

¡Espero que os guste!

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
¡Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos!

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

¡Qué importa que mi amor no pudiera guardarla!
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Yo no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise..
Mi voz buscaba al viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda, poeta chileno (1904-1973)

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Podcast: Siempre de Gioconda Belli

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Image by bloodyfeet

Esta semana traigo a mi podcast uno de mis poemas preferidos de Gioconda Belli. Tiene un estilo propio y me cautiva. Es especial.

En este poema me reflejo a menudo, me gusta muchísimo, y espero que a vosotras también. Hablo en femenino porque en el ojo de la mujer se refleja nuestra naturaleza desde multitud de ámbitos, de una manera cautivadora. Sin duda os lo recomiendo. Y sin más os dejo el texto y el podcast, que se acompaña de la melancólica versión de Nature Boy, de Ike Quebec (gracias Che).
En mi corazón asocio esta canción a Days are Tired, de Marlango, pero no queda tan bien… 😉

«Siempre esta sensación de inquietud. De esperar más. Hoy son las mariposas y mañana será la tristeza inexplicable, el aburrimiento o la actividad desenfrenada por arreglar este o aquel cuarto, por coser, por ir aquí o allá a hacer mandados, mientras trato de tapar el universo con un dedo, hacer mi felicidad con ingredientes de receta de cocina, chupándome los dedos a ratos y a ratos sintiendo que nunca podré llenarme, que soy un barril sin fondo, sabiendo que “no me conformaré nunca” pero buscando absurdamente conformarme mientras mi cuerpo y mi mente se abren, se extienden como poros infinitos donde anida una mujer que hubiera deseado ser pájaro, mar, estrella, vientre profundo dando a luz universos, novas relucientes… y ando reventando palomitas de maíz en el cerebro, blancas motitas de algodón, ráfagas de poemas que me asaltan todo el día y hacen que quiera inflarme como globo para llenar el mundo, la naturaleza, para empaparme de todo y estar en todas partes, viviendo una y mil vidas diferentes…

Mas he de recordar que estoy aquí y que seguiré anhelando, agarrando pizquitas de claridad, haciendo yo misma mi vestido de sol, de luna, el vestido verde-color de tiempo con el que he soñado vivir alguna vez en Venus.»
(Siempre – Extraido de «El ojo de la mujer» de Gioconda Belli)