La semana pasada, en uno de esos martes que quieres sacar de la rutina, nos fuimos al cine aprovechando una oferta semanal. En la aplicación de cine aparecía Intocable con un 8,4, no hubo dudas.
La película es más que recomendable, repleta de humanidad y con un sentido del humor maravilloso. Me reí mucho y también lloré un poco, como la vida. 🙂
Si tienes la oportunidad, no lo dudes, ve a verla, al cine, para dejar claro a la estructura comercial cinematográfica que las buenas películas también tienen éxito, que siempre hay buenas historias que contar sin machacar los mismos clichés, remakes y adaptaciones de lo que ya conocemos.
La humanidad y la risa sana, en estos tiempos especialmente, son de agradecer. 🙂
Desde que vi el tráiler tuve ganas de ver esta película. Tenía pinta de comedia divertida y con actores que me gustaban, parecía una apuesta segura. Ha sido mucho más que eso.
La película no es tan solo una historia con la interacción cómica de varios de sus personajes, sino una reflexión sobre el medioambiente y las repercusiones del cambio climático en la naturaleza. No sale con moralinas ni discursos, debes ser tú y tu sensibilidad los que saquéis de ella todo lo que contiene. Debes ser tú quien reflexiones sobre lo que haces o no haces por la naturaleza.
La fotografía es deliciosa, las imágenes parecen tomadas de super películas americanas, con esos bosques canadienses y esos paisajes impresionantes. Esta vez no es Canadá, es Asturias, donde la naturaleza quita la respiración. Realmente la película supone un placer visual, unas vistas increíbles de lugares que tenemos “aquí mismo”. En esos paisajes tengo asociadas vivencias muy importantes para mí y quizá por eso el nivel de sensibilidad era mayor aún.
Me da pena que esta película no durase en cartel más que escasas semanas, mientras que las super producciones hollywoodienses copaban varias salas de los multicines durante casi meses. Me da pena que no haya verdadero respeto por la naturaleza en nuestra sociedad, que se sigan construyendo carreteras a través de parques naturales donde habitan los últimos linces que nos quedan. Me encoge el corazón recordar aquellas osas que visité en Asturias hace años, Paca y Tola, que vivían solas la montaña. Me estruja el pecho pensar que llegue el día en que ya no estén, ni ellas ni sus hermanas. Quizá tenga que verlo en los años por venir, parece que estamos condenados. Pero quizá no. Porque siempre hay un camino, una lucha y una esperanza.
Hay tantas cosas que cuestan tan poco y podrían suponer un mundo si todos las llevásemos a cabo… Piensa globalmente, actúa localmente, ya sabes.
Yo te recomiendo esta película. Te reirás, disfrutarás de una fotografía excelente y si te gusta la naturaleza, te apretará un poquito el corazón. Pero eso, también es necesario. No olvidar. 🙂
Namasté.
Sin duda puedo decir que me gusta mucho Woody Allen. He visto todas sus películas más modernas y alguna de las clásicas. Tiene ese estilo tan propio, esa diferencia que hace al artista, te guste o no. Se sale de la línea, critica y utiliza el humor como nadie.
Midnight in Paris es fabulosa. No vi el argumento y estoy contenta de haberlo hecho porque me sorprendió muy gratamente. Os recomiendo lo mismo, especialmente si os apetece pasar un buen rato, disfrutar de la magia de Paris y dejar que la nostalgia os envuelva.
¿Quienes de vosotros no habéis pensado alguna vez que en otra época se vivía mejor o que otros tiempos eran más auténticos? Sobre el pasado, el presente y la nostalgia gira esta película en la que Owen Wilson borda su papel y sorprende (tan habitual en comedias americanas) y Marion Cotillard derrite con su inabarcable encanto francés.
Como siempre, si tenéis oportunidad, mucho mejor en V.O. Disfrutaréis mucho más de los acentos y matices de la historia.
La definen como Grandiosa, Inquietante, Obra Maestra del Cine, y sin duda merece todos los elogios y más.
Ayer me quedé sobrecogida en el asiento del cine cuando aparecieron los créditos finales. El Oscar para Natalie Portman está más que asignado, es una interpretación exquisita e inquietante, recogiendo en toda su belleza la parte más oscura que podemos llevar dentro, aquella que solo puede hacernos daño a nosotros mismos.
No veáis el trailer, ni leáis la sinopsis, simplemente id a descubrirla y disfrutad una película que sin duda ya ha entrado en las grandes obras maestras del cine. (En V.O. siempre gana, por supuesto)
Deliciosa. Sensitiva. Sensual. Ecléctica. Enigmática. Simbólica.
Un placer para los sentidos.
Si quieres escuchar el sonido del silencio, del erotismo, de una tarde de domingo en un cementerio, de la noche japonesa, de los cristales entrechocar, del pescado al ser cortado, de un arma al ser cargada, del sorber de los ramen (fideos), de los pasos al caminar….
No te pierdas esta película. Recomendable como siempre en V.O. en inglés, japonés y algo de catalán.
Excelente su banda sonora.
Me iré a la cama escuchando esta preciosa versión de La vie en rose que sólo he encontrado en youtube.
Click aquí para escucharla.
Acabo de llegar del cine, de ver Revolutionary Road, una película que me ha sorprendido y me ha gustado muchísimo. Su mensaje, su ironía y sus interpretaciones, especialmente la de Kate Winslet, me parecen fantásticas. Magnífica la dirección de Sam Mendes, creador de otra gran película crítica sobre la sociedad americana «American Beauty».
Sin duda os la recomiendo.
Iba simplemente a escribir un post sobre ella, y sobre otra película que vi el domingo y merece una mención aparte, pero no, llego charlatana y me apetece escribir, que le vamos a hacer! ¿Será la coca cola del cine?
La pelicula tiene un mensaje permanente: Solo los valientes son capaces de vivir su propia vida.
(Dentro de Vivir se entiende vivir como quieren vivirla)
Y es un pensamiento que me deja reflexiva. Hoy en día me encuentro contenta conmigo misma precisamente por haber dado el paso para vivir como yo quiero. Lo que eso implica es ser leal a ti mismo, y supongo que el esfuerzo que conlleva es directamente proporcional al beneficio que te proporciona en cuanto a seguridad y autoestima.
Es difícil no estar girando en mayor o menor medida dentro del ciclo social, pero quizá el darte cuenta de ello es el primer paso para pactar contigo mismo hasta qué punto quieres hacerlo. Si quieres integrarte en la sociedad y buscar tu espacio cultivando tu independencia en aquello que no compartes; o bien seguir una corriente infinita llena de por qués a los que no sabes responder. Si quieres ser el que quieres ser o el que crees que debes ser. ¿Tú que opinas?
Sentada en la madrugada las reflexiones dan para mucho, aunque mañana cuando suene el despertador posiblemente no reflexione sobre lo mismo, sino sobre mi deseo eternamente frustrado de acostarme temprano… 😉
«April: Tell me the truth frank remember that? We used to live by it. And you know what’s so good about the truth? Everyone knows what it is however long they’ve lived without it. No one forgets the truth frank they just get better at lying»
April: Dime la verdad Frank, ¿te acuerdas de ella? Soliamos vivir en base a ella. ¿Y sabes que es lo mejor de la verdad? Todo el mundo sabe lo que es el tiempo que han vivido sin ella. Nadie olvida la verdad, Frank, simplemente son mejores mintiendo.»
Sobrecogedora interpretación. Una historia posible con matices de imposibilidad en la que brilla, por encima de todo, el peso de un sentimiento: el arrañazo cruel de aquello que ya no podemos cambiar.
Por varios motivos que no cuento para no desvelar la trama, me ha tocado mucho algún detalle de la película. Ese día, descubrí un cine que, junto con mis salas preferidas, todavía recoge la autenticidad de los cines de siempre; y tuve la fortuna de ir acompañada y gozar de un buen abrazo al terminar la película.
Sin duda, soy una mujer afortunada. 🙂
Puntuación: 8
Lo mejor: la interpretación de Will Smith.
Lo peor: el matiz de irrealidad de algunos acontecimientos (el cine es ficción, que le vamos a hacer).
Así definiría RockNrolla, la última pelicula de Guy Ritchie, con la que he disfrutado en el cine, entremezclándome con sus chantajes y bandas callejeras. Engaños, chantajes, traiciones. Y rock’n’roll…
Es la primera de una serie de 3, y no dudaré en ver la próxima.
Lo mejor: el personaje de Johny, una estrella de rock drogadicta. La música.
Lo peor: no hay pelis como esta en donde manden las mujeres? hummm….
Puntuación: 7, casi lo que le da el iMdb Trailer. Aquí. Música: Este temazo… Brutal!
Parece mentira que os vaya a hablar del viaje de mi vida un año y medio después de haber ido, y que lo haga gracias a una película.
Ayer fui al cine a ver Australia, the movie. Me gustó mucho, si dejamos de lado los tintes pastelosos típicos de las películas americanas. Volví a acariciar la cultura aborigen y me cautivó el personaje de Nullah, que narra la historia. Los aborígenes tienen una mirada especial, una profundidad indescriptible, y magia, esa magia que les acompaña por estar conectados a la naturaleza con los 6 sentidos. Me fascinan.
Fue inevitable volver a recordar aquellos maravillosos días cumpliendo un sueño: pisar tierra australiana. Era mi deseo mas antiguo, que recuerdo tener siempre conmigo, pero al parecer fue entorno a los 3 años, cuando veía con mi padre un atlas. Me explicaba los animales que había en cada sitio y cuando me habló de Australia, dije que quería ir. Y como tenaz soy un rato largo, cumplí mi sueño 23 años más tarde.
Visitamos primero Bali, del que ya os hablé hace mucho (quería hacer varios posts sobre el viaje pero las circunstancias me llevaron pa’dentro de mi misma). Y luego entramos a Australia por Darwin, en el Territorio Norte. Esta zona, el Outback, fue lo que más me gustó y a donde me gustaría volver, porque reúne la monumentalidad de la naturaleza en su esencia. Visitamos el Parque Nacional de Kakadu, navegando entre centenares de aves distintas, observando a los cocodrilos a pocos metros (y así me di cuenta que hasta ahora es el animal que mas terror me inspira, sobre todo cuando te mira), contemplando uno de los más hermosos anocheceres de mi vida, envueltos en el anaranjado tinte del cielo sobre las aguas del río.
El cielo es inmenso y único, quizá efecto óptico por las extensiones de tierra de km y km en línea recta, o quizá porque Australia tiene magia y hasta el cielo, es cielo en estado puro.
El lugar donde pude acariciar esa magia con mayor intensidad fue en el desierto, al sur del mismo territorio norte, y a varios miles de Km de Darwin (alli todo es tan grande…). La tierra roja me cautivó y me quedaron ganas de caminar y caminar entre las rocas inmensas que impresionantemente aparecen orgullosas en el vacío de un desierto.
Recuerdo el momento en que vi el Uluru por primera vez, a 150 km de distancia, y se veia enorme. Sobrecoge la idea de imaginar sus 2km de ancho y 348 mts de alto, contorno de 9km y 2,5 km de profundidad bajo la tierra. Como un gran iceberg de roca, hecho de solo una pieza. Alucinante no?
Era fascinante conducir a su lado y sentirlo palpitar tan cerca. Acariciarlo, jugar la arena de terciopelo que yace a sus pies, escuchar el viento como canta y erosiona dibujos en su superficie. Magia pura.
Creo que allí encontré algo, Australia me llamaba desde hacía años para despertar en mi el instinto. De manera más tangible, fue el hecho de verme capaz de conseguir un sueño lo que mi hizo replantearme mi vida cuando volví. Todo de manera muy sutil, progresiva y serena, como me sucedió un año después con el Camino. No cambian las cosas de color en un mes, pero sí adquieres nuevas perspectivas. Tras admirar la magnitud del cielo australiano, cualquier reto parece pequeño.
Podría pasarme horas recordando con vosotros aquellos días, pero soy consciente de que es difícil transmitir algunas sensaciones a quien no las ha vivido. Si habéis tenido la fortuna de cumplir un sueño alguna vez, es ese momento en que te ves en el lugar deseado y te dices a ti mismo «no me puedo creer que esté viviendo esto». Casi te dan ganas de pellizcarte. Y en ese momento te zambulles en la vida para empaparte.
Fueron muchos momentos los vividos en aquellas 3 semanas de éxtasis, acompañada de quien fue mi compañero durante 7 años, y a quien llevaré conmigo siempre, aunque llevemos caminos distintos. Juntos vivimos grandes experiencias como…
– Cuando se cruzó en la carretera el primer canguro. Incredulidad y felicidad extrema.
– La inmensidad del cielo australiano y el primer amanecer que vi conduciendo hacia Kakadu.
– Alojarme en un hotel con forma de cocodrilo!
– Pasear en barco entre cocodrilos y cientos de aves
– Conducir por el desierto
– Cuando vi el Uluru por primera vez, cuando lo toqué…
– Coger en brazos un Koala (mi amiga Chibi).
– Dar de comer a los canguros
– Sobrevolar en teleférico la selva tropical
– Nadar en la barrera de coral, en mar abierto (uish)
– Ver saltar a las ballenas (impresionante)
– Aprender a amar las aves
– Acercarme a la cultura aborigen
– Ver nadando a un ornitorrinco (platypus en inglés); son tan bonitos…
– Conocer la existencia de las Kookaburras, un ave preciosa que se ríe y no pude ver en persona
– Navegar por la bahía de Sidney, junto a la Ópera
– Mi amigo Joe el canguro, que venía cuando le llamaban y comía caramelos de menta.
– Contemplar el anochecer más largo de mi vida, volando de Sidney a Adelaida, en la dirección en que el sol se ponía, por eso íbamos detrás de él. 🙂
Y es esto que vivimos lo que nos enriquece y llevamos siempre con nosotros. Recordar como se aferraba un Koala a mis brazos o como Joe me pedía caramelos…
En la película había una canción protagonista, que Nicole Kidman le enseña a Nullah, y él dice que es una canción de los sueños, porque más allá del arcoiris… vuelan pájaros azules… 🙂