…a la velocidad del rayo, aguanto el vuelo más
si me agarro de tu mano, acompáñame hasta donde pueda llegar…»
image by m0thyyku
Dejándome deslizar en otro domingo tranquilo y lleno de momentos diversos, observo las redes sociales y la vida de mi gente cercana. Me maravillan las idas y venidas, el crecimiento de algunos y el aparente estancamiento de otros. Como las cosas parece que no cambian, y sin embargo sí cambian.
Somos los mismos niños, aquellos que vendíamos cachorritos de mi perra Raixa en un mercadillo de segunda mano que hace años que no existe. Momentos casi olvidados que a veces vuelven a tu memoria de la mano de los recuerdos de otros. A veces me da la sensación de que en mi cabeza también sale esa ventanita que solicita «archivar correos antiguos», que tantos recuerdos permanecen dormidos, a la espera de un hilo que tire de ellos para volver a ser abiertos.
Sigo siendo la misma y sin embargo me encuentro muy distinta incluso de mi yo de hace un año. Coexistencias paradójicas, la rubia y la morena tomando café. La niña enseñando sus dibujos a la madre potencial que vive en mí. La chica acomplejada e insegura, de la mano de la mujer a la que cada vez le importa menos lo que no le concierne.
Es estar de pie en una sale de espejos donde nos reflejamos todas. Mirada deslumbrando en curiosidad, nostalgia, ilusión, ternura, melancolía, anhelo. Yo las miro a ellas y ellas me miran a mí. Juntas observamos como mi hermana se convierte en mujer con sus propias ideas, como muchos patrones no cambian nunca, como amigas de la infancia lucen sus canas orgullosas, como otras amigas tienen sus hijos, como otras no pueden tenerlos, como yo misma lidio con la maternidad y la pereza, como algunas personas caminan en círculos por miedo a romper sus patrones, como otras crecen y crecen en espiral…
Esta serenidad que a mis 30 conscientes me hace sentir este mundo palpitante. Vidas que se cruzan. Miedos que esperan una luz que los disipe. Caminos por explorar. Esos 3 lemas que acompañan mis pasos:
1. Esto también pasará.
2. ¿Por qué no?
3. Estonosepara… estonosepara…
Hoy he creado una jardinera de plantas aromáticas. Nunca se me han dado bien las plantas, quizá porque no paro quieta y no les he dedicado el tiempo y el cariño que necesitan. Tengo también una lavanda que me regaló una compañera de trabajo tras comentarle que era la planta que quería poner en mi oficina para serenarme con su aroma cuando lo necesitase. Como es una planta muy grande la he dejado en mi terraza, donde será más feliz, y he comprado una lavandita para mi mesa de trabajo. Florecerá en primevera, ya tengo ganas de verla.
Estoy aprendiendo a estar en calma.
Ya sabéis que soy un poco adicta al movimiento. 🙂
¡Feliz semana! Que uno de estos días podáis maravillaros con el aroma del romero, la lavanda, la menta o alguna otra planta generosa.