Tenía ganas de postear hoy y comencé otro tema, que espero publicar pronto, pero un email inesperado me ha dado ganas de cambiar de tema.
En ese email llegaron a mí fotos antiguas mi padre y mis abuelos, fotos de hace años, que me emocionan hasta las raíces. Desafortunadamente solo conservo a mi abuela paterna, que está de maravilla y es única, eso sí. Mis abuelos maternos y mi abuelo paterno nos dejaron hace ya muchos años, cuando yo solo era una niña.
He pensado muchas veces en ellos, y he lamentado no poder disfrutarlos siendo adulta, ayudar en la huerta a mi abuela o sentarme a charlar con mi abuelo sobre cómo eran las cosas cuando él era niño. Ellos fueron grandes luchadores, y gracias a ellos estoy hoy aquí.
Con mi abuelo paterno siempre he sentido un vínculo especial, y su protección me ha acompañado siempre. Tras haber perdido a sus dos hijas, cuando eran muy pequeñitas, llegué yo, la primera niña en la familia en dos generaciones. Quizá por eso siempre me adoró, regalándome tras su partida esa protección que a veces he sentido.
Años atrás incluso soñé con él, cuando ya nos había dejado. Era una pesadilla en la que nadie me quería y él me ayudaba con la situación, ya no recuerdo más, pero sí permanece la impresión de aquella charla juntos en un sueño.
Cuando hoy veo las fotos de mi padre, veo en sus rasgos de niño al hombre que es hoy, y se me saltan las lágrimas al pensar que quizá algún día sea mi hija la que también se emocione al ver mis fotos. Somos insignificantes; en nuestra pequeñez existe un universo de sentimientos y pensamientos, dentro de este mundo-galaxia, que a su vez es insignificante ante la inmensidad del universo.
Es hermosa y breve esta vida. Buscamos distracciones ante la abrumadora realidad difícil de digerir, y nos abrazamos al presente como la única verdad que constituye.
Mi velita de sal esta noche brillará por mi abuelo; será un guiño en este mundo de infinitas estrellas. Cada día, seguiré disfrutando de quienes me acompañan Hoy, esas personas que están cerca en el alma pese a estar a cientos de kilómetros de mí.
Namasté
Una respuesta a «Las raíces»
Como ese árbol que tienes puesto a la derecha de este blog, eres una personita con raíces y ramas florecientes. Además de vez en cuando dedicas tiempo para sacar las raíces del tiesto y mirarlas detenidamente, preguntándote quién y cómo te sembraron hace ya unos años.
La foto es genial, lo tiene todo, está en B/N, la ropa y ¡hasta hay una tarta!
Me encantan sus reflexiones temporales familiares.
Besotes =*