Image by m0thyyku
Desdóblate conmigo. Tómate la mano y acércate al espejo.
Limpia cuidadosamente la niebla de tu vista, los filtros de distorsión, el polvo y la suciedad. Dulcemente desempaña tu vista.
Mírate de nuevo, con el amor de quien conoce tus esfuerzos, debilidades, nostalgias y morriñas.
Recuerda la raiz de las arruguitas de tu frente, preocupaciones resueltas, presentes o ausentes. Surcos de sonrisa junto a tus labios, guiños en tus ojos.
Sumérgete en el brillo de tus ojos, el verdadero color de tu mirada bajo en sol y en la sombra. Abraza la sinceridad de una sonrisa ocular, esa que reconoce y se encuentra contigo.
Extiende las yemas de tus dedos hacia el espejo y dibuja tus contornos, ese pelo revuelto, esas mejillas sonrosadas, labios tensos con rictus concentrado, nariz peculiar que siempre has odiado y ahora miras con la ternura de la diferencia.
Te miras al completo y añades un factor más a la ecuación. La comprensión y el cariño con que miras a los que quieres. Así, la mirada no se dispara hacia el michelín, la celulitis u otro de los miles de defectos que podrías recitar de carrerilla. No. Esta vez virtuosamente también percibes la dulzura y sensualidad de tus formas, la delicadeza de tus manos, la curva de tus pechos, la fortaleza de tus brazos, la suavidad de tu piel, los hoyuelos de tu sonreir… Cualidades a menudo halagadas pero infravaloradas por tu percepción, o bien pequeños descubrimientos ahora aparentes en la ausencia de filtros y vetos.
Eres un todo completo. Ser perfecto en su unicidad y autenticidad. Yin y yang cuyos contornos de blanco y negro se mezclan serpenteantes y difusos. Encontrando incluso un punto blanco sumido en lo más oscuro y un punto de oscuridad entre la claridad más armoniosa.
Desde el físico al espíritu comienzas a dar la mano a esa dualidad. Despliegas maravillada ese abanico de recursos que te provee la consciencia. Las palabras de consuelo que dedicas a un amigo, pueden ser de ti para ti. La comprensión y el amor que confrontan y suavizan la exigencia alivian la responsabilidad.
Se establece finalmente una mesa de negociación y de diálogo. Tú sabes mejor que nadie lo que te gusta, cómo y cuándo lo quieres. Tú te has acompañado durante el sufrimiento y las alegrías y siempre estás ahí. Tú sabes mejor qué nadie la intensidad de tus sentimientos, la sensibilidad hacia lo que te rodea, la vulnerabilidad y el esfuerzo que inviertes en salir adelante. Tú sabes qué palabras te motivan e inspiran, cuál es tu «caramelito» preferido para premiarte, cuáles son tus trucos y tus trampas, tus luchas internas, tus mejoras pendientes.
Y en este descubrirte se dibujan las ventajas de conocerte mejor, aprender a tener una relación más saludable, juzgar menos, escuchar más, dejar jugar al niño, escuchar los consejos del padre, conciliar como sólo sabe hacer el adulto. Ser todos y ser uno.
Desdóblate conmigo. Llévate de paseo, disfruta de tu percepción, maravíllate con tu intuición. Conócete, acéptate y quiérete un poco más cada día, dejando que el amor se transforme, que eche raíces, ramas, flores y frutos. Aceptando tanto la caída de las hojas como el resurgir tras el frío o la sequía.
Image by m0thyyku
Banda Sonora:
«Tengo tengo tengo y sino me lo invento,
y teniendo lo mío así no dependo…»
4 respuestas a «Desdóblate conmigo»
Eres una poeta de la prosa :*
Qué bonitos tus posts, son como una ensalada de sensaciones… acabando en una galleta de la fortuna con un pensamiento afortunado.
Siempre es un placer leerte 🙂
Ya sabes que tengo la foto de Gollum para que se refleje cada mañana en el espejo y me haga apreciar lo que soy y cómo soy, porque siempre gano en la comparación!
Gracias por presentarnos este sano ejercicio de conocernos y aceptarnos.
Abrazos que se reflejan en los espejos
Y debe ser un poco por la edad que dejamos de ser tan exigentes con lo externo y a valorar más lo que somos realmente por dentro…
Guapa!!!
Un abrazo