Hacía tiempo que no ponía mis fotos del Camino. Recientemente dos amigas han hecho un tramo del camino solas, como mujeres valientes que son, una atravesando Castilla y la otra, desde Santiago a Fisterra, una ruta que debe ser preciosa.
Al ver sus fotos, algunas similares a las mías, he recordado muchos de aquellos momentos vividos. En este caso, os muestro las botas en el balcón del primer albergue donde dormi, un lugar especial y lleno de encanto. Domí en una habitación llena de franceses, sola, inquieta, pero feliz de cumplir mi reto. A las 9 estaba acostándome, ¡qué diferencia con la vida del día-a-día!
Recuerdo los días del camino como los más humanos que he vivido. Sin caretas, la gente te saluda amablemente, te acabas curando las ampollas con un desconocido o intercambiando confidencias a lo largo de los kilómetros.
Los días son duros y afloran los temores ocultos en ocasiones. La vida era más simple. Levantarte temprano, caminar durante horas, llegar, ducharte, almorzar, dormir, disfrutar un rato libre, cenar, acostarte temprano.
El placer de la ducha y el descanso cobraba especial protagonismo en aquellos días. Era como una fiesta, a la que se apuntaba mi amiga la crema antiinflamatoria, droga indispensable para aquellos días de dolores itinerantes (hoy los gemelos, mañana la cadera, luego el pie,…).
Si esas botas de la foto pudieran hablar… ¿os imagináis qué historias os contarían? ¿Desde dónde llevan caminando? Qué bonito sería escuchar sus historias….
A vosotros, caminantes de la vida, os deseo un excelente fin de semana, que ya casi estamos en viernes y hay muchas horas de esparcimiento por delante.
Namasté.
PS: Y tus pies, ¿que me cuentan esta semana?
13 respuestas a «Las botas en el balcón»
Cada vez que veo algo sobre el Camino, pienso que quiero hacerlo, pero por otro lado, creo que debo encontrar el momento… sentir que quiero sobre todo lo demás hacer el camino…
Mis pies esta semana te cuentan que están cansados de la vuelta a la realidad, pero a la vez, están felices y con piel regenerada de la semana pasada que va a durarles mucho tiempo… una maravilla!
Muchos besos!
Me encanta tu foto y por como lo has descrito, me he imaginado la paz del baño después de un día duro de largas caminatas.. me lo imagino y me entra una paz interior… increible!.
Los míos cuentan que quieren dar pasos importantes, necesarios, que están al borde de precipios, y a la vez, ven el otro lado cerca, estable. Cuentan también que sus pasos son dudosos, pero firmes. A veces no saben si van por el buen camino pero están ahí y me dicen..sigue adelante! 😉
MUAKS!!
Sula: Me alegra leerte por aqui de nuevo! El camino te llama en su debido momento, seguro que llegará el día en que tomes esa dirección. Te mando mucha fuerza para la vuelta a la realidad. Quédate con los bellos recuerdos de relax y paraíso.
Mas besos para ti!
Sarita: Seguro que te reirías viendo mi caminar una vez salía de la ducha, no veas como afloraban los dolores. Caminaba como un vaquero! jaja… Ya en serio, Caminar es explorarse y explorándose uno se siente más en paz, ahí estoy contigo.
Eres una valiente, lo intuyo. Sigue adelante y ten fe en que pasará lo mejor posible. Cree en ti, reina y señora de tu vida y tus pasos. Un beso, artista, y feliz fin de semana… 🙂
Lo que más me gusta de ti es que te veo recorriendo esos caminos día a día. Y cada uno le pones un nombre, un nuevo reto a superar, con una sonrisa.
Unas botas, unos tacones o unas sandalias con colgantes, da igual, con paso fuerte, el que marcas tú día a día. Sin dolores a posteriori.
Eres muy grande.
Mis pies buscan su camino a recorrer, para golpearse tres veces, como en Mago de Oz, amarillo.
Patriii!! Hemos escrito con un minuto de diferencia! Que gracia, tecleábamos a la vez. Gracias por tus palabras. Cada reto es un camino…. ¿me envías energía para los que están por venir? 🙂
Curiosamente mañana me pondré unos zapatos rojos con un vestido, me sentiré un poco más acompañada por ti, niña mágica.
Un abrazo para ti y una caricita para Flippo. :*
El Camino es algo que muchos tenemos pendiente y supongo que llegará el momento… y si no llega pues será que teníamos otros caminos que recorrer… no sé, ya te contaré.
Mis pies esta semana cuentan caminos conocidos, la textura de la arena de la playa, las sandalías todavía y la brisa ligerita y agradable.
Un abrazo
Tegala, estoy contigo, todo llega en su momento. Mmmm… que bonita tu playa. Aquí ya estamos dejando las sandalias, pero en las horas centrales del día te las puedes poner perfectamente. Quizá nos vamos poniendo ropa de otoño por la necesidad de un cambio estacional.
Un abrazo brujilla y buen fin de semana!
Yo, como siempre en mi línea: mis pies dicen frio y buscan calcetines gruesos que me los calientan 🙂 que gusto!
Mi tía Manuela, una vez que vio mis pies desperezándose desnudos sobre el suelo, me dijo: «uy, mira el dedo gordo, si parece que va por libre, como si no tuviera nada que ver con los otros».
Besos.
Felipe.
Tal vez haga el camino con mi hermano Miguel este mismo invierno. Hace mucho que quiero hacerlo.
Tronan: Sabes qué respuesta podría darte… pero no lo haré! jaja… No pases frrrioo! :*
Felipe: me ha encantado lo de tus pies! jajaja… Es que me lo imagino y es genial! jaja…
El camino en invierno es durillo, pero seguro que te gustará, y hay menos gente. Solo o acompañado es una gran experiencia en que conocerse y descubrirse.
Un abrazo desperazando los pies.
Mira aquí mis pies de camino… jaja…
https://www.entrebrumas.com/2008/10/26/pies-de-camino/
Y aquí el clásico y fetichista post de los pies:
https://www.entrebrumas.com/2007/06/20/mis-zapatos-rojos/
Vale, aquí está el post de mi pie ;):
http://calderillawena.blogspot.com/2008/07/lo-que-piensa-mi-ta-manuela-sobre-los.html
Un abrazo.
Felipe.
En el enlace dice lo-que-piensa-mi-tia-manuela-sobre-los.html, y html no son las siglas de huelen-tan-ma-l-amente.
🙂