Cádiz es mi bálsamo. Me hidrata cuando estoy bien, me calma cuando estoy mal, me da aire, me oxigena.
Cádiz es luz; es una confluencia del océano y el cielo llenándolo todo de azules, grises y colores en los más hermosos anocheceres.
Cádiz es mi amante, con quien me fugo de vez en cuando cuando quiero emborracharme de Vida. Allí, católicamente me dirijo a la arena, me descalzo, beso el mar… Y tras ese momento, en algún lugar de mi cuerpo, un peso se libera y me siento más liviana.
Luego paseo… juego con la arena… permanezco de pie mientras las olas acarician mis pies y me hundo lentamente… recojo conchas y caracolas… respiro con el vaivén del océano…
Estoy (estando).
Vuelvo a casa conduciendo y cantando, con restos de arena en mis zapatillas y de sal en mis labios.
Nota: y además de todo esto, descubrí Cádiz por dentro acompañada de una gaditana de excepción, La Mujer Sonriente, ¿de donde iba a ser ella sino de la ciudad que sonríe? 🙂 Por ella y mis otros 2 grandes amigos gaditanos va este post.
6 respuestas a «Cádiz»
Ay, qué fotos tan potitas… me tocas la fibra sensible con esa ciudad tan bonita. Me alegra que Cádiz pueda ofrecerte tanto, te lo mereces y siempre estará ahí para tí. Ese océano tan bonito y limpito entero para ti, más cerca de lo que quizás quisieras visitarlo en otra parte =)
Love you!
Cadiz me gustó mucho, tiene una luz muy chula y es muy campechano! un ciudad de puerto y nunca mejor dicho!
Es que Cádiz te dá la vida!!!!!! Y su gente mucho más. Me encanta esta ciudad.
Un saludo sigo leyéndote.
Toda la provincia es especial…y para mí, sin duda, Bolonia…tanto momentos inolvidables vividos allí…esos atardeceres en sus dunas…MAGIA
Me ha encantado 🙂
Y es que caminar por la caleta es poema en sí mismo
Todos tenemos esos lugares donde parece que re-nacemos hasta de nuestras propias cenizas, cual ave Fénix. Entiendo bien que para ti sea Cádiz, la ciudad donde aprendí a caminar por la vida. Un beso.