Hace ya más de un mes que regresé de mi camino. El porqué de comenzarlo, no lo se, era una necesidad: el Camino me llamaba.
Hay una espiritualidad en cada paso que das, tú solo, en ese camino que es como una Vida en pequeñito. Con el desamparo, la soledad, la independencia, la autonomía, el dolor, la alegría, la superación, lo esencial, las pequeñas cosas.
El camino es volver a ti mismo: levantarte temprano, andar durante horas, buscar cama, ducharse (oh, sagrada ducha!), comer, descansar, cenar, dormir temprano. Volver a empezar.
Y en ese ciclo te palpas, te conoces, aprendes a enfrentarte a ti mismo y a tu manera de vivir las cosas. Sufrí mucho, solo yo se cuanto, precisamente por esa manera de vivir las cosas tan subjetiva de cada uno. Hubo algún día en que lloré sola durante kilómetros con un horrible dolor en mi pie, pero no era por el dolor, ni por nada, solo lloraba… pero seguía caminando, con el pueblo destino a la vista, tan cerca y tan lejos, el sol castigando y la cuesta abajo machacando los pobres deditos gordos de mis pies (lo más perjudicado).
Encontré a un ángel de la guarda, y desde el tercer día caminamos juntas; luego se nos unió otro ángel, que vino a darnos fuerza a ambas. Los tres reímos y cantamos, encontramos nuestros momentos «pa’ dentro» y disfrutamos nuestros momentos «pa’ fuera».
Cuando yo iba más despacio, ella iba delante, y de vez en cuando se volvía y me hacía un gesto con sus palos para saber si estaba bien; yo levantaba el mío y sonreía, y ambas seguíamos, con algo de distancia, pero juntas.
Su generosidad nunca podré agradecerla suficientemente, me sentí protegida y cuidada cuando sólo me tenía a mi misma, y cada día elegíamos compartir el tramo del camino que estaba por delante.
Ahora que ha transcurrido ya un período de reflexión puedo decir que si, que el Camino me ha ayudado mucho. Muchísimo. Hay una serenidad que no puedo explicar dentro de mi, y no es mas que eso, calma interior. Me tomo las cosas de otra manera, me siento más comprensiva, doy importancia sólo a lo que tiene importancia para mi, digamos que estoy un poquito más en mi.
Llevo ya un tiempo queriendo contar en un post un poco sobre mi experiencia, postear las imágenes, etc. Pero eso me lleva mucho tiempo, tengo que condensar más la información… así que he optado por crear una categoría sobre el camino, y otra sobre mis imágenes, lo que ven mis ojos. De vez en cuando irán apareciendo los recuerdos de esos 9 días en los que caminé 200 km y me palpé tanto por dentro.
Hoy comienzo con la foto más simbólica, que siendo el 2 mi número favorito, justo es la 222. 🙂
Es mi sombra en el camino, soy Yo ante mi destino, ante mi Ahora.
Tanto y tan sólo eso.
9 respuestas a «Mi Camino»
…Esta es mi Brumis!!!
He leído la entrada antes de cenar, a veces los silencios dicen schistsss a las palabras.
Ahora, con el estómago lleno, en caso contrario levito, te diré que no entiendo bien lo que dices ya que no he hecho el camino, pero lo que transmites es casi como una experiencia mística.
Para mi, las imágenes son muy importantes, y ésta habla por si sola, tú misma haciéndo una foto a tu figura en un descanso del trayecto… me gusta mucho.
Te la robooo n.n y algún día, cuando haga el camino, haré otra de este estilo n.n
Nanit y felices sueños, besos 🙂
Humm Bel, si quieres dime lo que no entiendes y me explico más claro… Obviamente las cosas no se comprenden hasta que se viven, y en esa subjetividad, cada uno lo vivimos diferente, no?
La imágenes que están por venir también hablan por si solas… te gustarán…
Un abrazo Bel. Nanit y una caricia. :)*
¡Qué bello post!.
Fue como escucharme a mi misma. Creo que todos pasamos por ese ‘camino’ y ‘solos’ hasta que nos damos cuenta de que lo que nos une con otros, son esos similares sentimientos, dolores, alegrías y emociones. Al final no estamos tan solos.
Un abrazo! (:
Cuanto me alegro por vos, Brumis. No sabés cuanto…
Siempre es importante buscarse a uno, encontrar algunas cosas, aprender otras.
¿Ves que sos un angel que vive en esta tierra, también?. Te uniste a otros dos para volar juntos, siempre caminando por la tierra.
Puede sonar contradictorio, pero en verdad no lo es.
Verás que ángeles hay muchos, pero son pocos los que caminan por esta tierrra.
Te mando un abrazo. Pero es especial porque te estoy abrazando con mis alas. Y puedo sentir las tuyas.
Besitos a Bel también.
: )
Algún día disfrutaré de ese Camino yo también… quizá cuando, como a ti, el Camino me llame. Mientras, disfrutaré con todo lo que nos relates de él, viendo como en ese Camino encontraste tu camino, te encontraste a ti misma y a otros que te dieron y a los que diste… un aprendizaje humano, un placer casi divino.
Muchos besos!
Nada que aclarar por tu parte, Bruma, está pefectamente explicado.
El Camino es muy especial, todas las personas que lo han hecho coinciden es que marca un punto de inflexión en sus vidas, hay experiencias que si no se viven en primera persona es imposible entender, creo que esa es una.
Otra cosa es que la compartas con nosotros (y por mi parte encantada) y nos traslades tus sensaciones, a eso me refería.
Estaremos esperando más fotos y más sensaciones.
Muacks :*
y hasta la sombra la tienes bonita…¡¡¡
me han dado envidia los angeles de la guarda que te acompañaron y pudieron disfrutar de esos momentos pafuera…
ojala en el camino…hallas encontrado TU camino….
aunque bien mirado…no hay nadie que tenga mas claro su camino que tu…
(yo se lo que digo)…
un beso enorme cielo
La verdad es que ha tenido que ser una auténtica experiencia y creo que sería planteable.
Cuidateeeeeeeeeeeeeeeeee
Genial, y me encana la foto. Yo hice un camino parecido por Japón el año pasado y me gustó tanto que quise repetir, haciendo el camino de Santiago. Ya que como dice el gran Sabina: «al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver», que es una manera poética de decir que cuando trates de bajar por el mismo río, verás que ni tú ni el río seréis los mismo.
Besos,
Pablo.