Ayer en mi clase de yoga, tuvimos una conversación muy enriquecedora que me dejó pensando un largo rato y quiero compartir con vosotros.
Nos hablaron de alguien a quien no conocía y q transmite una enseñanza preciosa. Se trata de Masaru Emoto, un japonés, doctor en medicia alternativa, que ha experimentado con la creación de cristales de agua, que somete a tratamiento de energías positivas o negativas.
Por ejemplo, a una gota de agua le transmite la palabra Gracias, o Armonía, y esa gota de agua, examinada con microscopio tiene una forma característica, diferente, hexagonal casi siempre y con dibujos o motivos incluso representando la idea que se le ha transmitido (pensando constantemente esa palabra o pronunciandola muchas veces.
Hablando de este tema, comentábamos que, siendo todo agua, a nosotros nos afectan sobremanera los pensamientos internos inconscientes. Y en nuestra sangre, si somos optimistas, vamos a llevar esa energía positiva y también curativa, por supuesto. Somos una unidad y nuestra mente esta profundamente unida a nuestro cuerpo, tanto que no nos imaginamos, tanto que con la mente podemos conseguir cosas impensables.
Un buen ejemplo que ponemos es que, cuando se concibe un niño, y éste no es deseado, le transmitimos esa energía negativa. Aunque cuando lo tengamos, compensemos ese primer pensamiento, ese niño arrastrará esa energía negativa en un principio, y posiblemente, le afecte al resto de su vida.
Cuando un niño es verdaderamente querido y deseado, lleva consigo ese amor y esa energía de venir al mundo.
Todo esto puede ser subjetivo, estamos hechos de algo más, y hay mucha energía, muchos sucesos que nos pueden alterar a lo largo de nuestra vida, pero por supuesto, influye, y deteniéndome a pensar, quizá condicionada, encuentro ejemplos a mi alrededor.
Por eso también, cuando una persona es optimista, suele enfrentar con fuerza, e incluso superar enfermedades, tiene mayor esperanza de vida y por supuesto, la vida la vive con mayor intensidad y alegría.
Os dejo aquí una expicación mejor y más extensa sobre Masaru Emoto y el proceso:
Masaru Emoto, licenciado en Relaciones Internacionales y más tarde en Medicina Alternativa. El profesor Emoto se formuló la siguiente pregunta: ¿sería posible reflejar las cualidades sanadoras de diferentes tipos de agua de una manera visible y palpable? La ‘idea feliz’ para llevar a cabo este estudio le llegó al probar fotografiar los cristales hexagonales que formaban distintas muestras de agua al helarse.
Y de las imágenes que obtuvo llegó la confirmación a su sorprendente hipótesis: Ciertas muestras de agua corriente de grandes urbes presentaban una estructura de cristalización muy tosca, mientras que muestras de agua de manantiales ofrecían cristales de una gran belleza. Extendió así su área de estudio al fotografiar cristalizaciones de agua de diversos lugares del mundo (glaciares, lagos, agua de lluvia, fuentes), obteniendo cristales de formas más bellas y sorprendentes cuanto más alejados se hallaban del quehacer humano.
La sorpresa mayor llegó al conseguir transformar irregulares patrones de agua contaminada en bellos cristales hexagonales al someter las muestras a la audición de canciones tradicionales, oraciones religiosas o bien música clásica. O bien al transformar ‘indiferentes’ cristales de agua destilada en bellos patrones geométricos al susurrarles palabras de agradecimiento, o bien al contrario, obtener horrorosas estructuras al someterlas a frases desagradables.
Fuente: Muscaria.
A continuación, algunos ejemplos:
Agua de lago con agua estancada, después de oír una oración a las Siete Benzaiten (diosas de la fortuna).
(Esta fue la única imagen con ‘siete’ puntas obtenida en los estudios, pues por lo general el agua cristaliza en estructuras hexagonales de 6 puntas)
Agua destilada después de audición de canto del flokolore Kawachi.
Después de la audición de heavy metal, el agua destilada no encuentra el camino para cristalizar en formas hexagonales
Agua cristalizada tras una oración a Shiva.
Maravilloso, verdad?
¿No os da que pensar? Espero vuestra opinión.
Como regalito, hoy os traigo un tema para disfrutar mientras me leeis o después.
Se trata de un tema de Yann Tiersen, que me toca el corazon y pertenece a la banda sonora de Amelie.
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